Nayeli Benhumea y Hayde Lachino son dos investigadoras mejicanas autoras
de un libro electrónico llamado Videodanza, donde analizan este nuevo lenguaje
con interesantes reflexiones sobre la relación entre arte y tecnología.
En el caso concreto del video, se refieren a él como un objeto que deja
de ser ajeno, para convertirse en una extensión del ojo que ilumina aspectos de
la realidad que permanecían ocultos.
Resalta la definición de J.L. Brea de los aparatos y técnicas como
“expresión objetivada del espíritu, donde se materializan las capacidades
humanas, no sólo aquellas vinculadas al intelecto o al conocimiento sino
también las conectadas con la experiencia y sensibilidad”. Parecida es la de
Mcluhan: “Todos los artefactos humanos son extensiones del hombre, salidas o
expresiones del cuerpo humano o de la psique”.
Teniendo esto en cuenta, podríamos dejar de pensar (los más puritanos)
que la aplicación de las nuevas tecnologías a las artes más tradicionales, como
pueden ser la danza o la música clásica, es un ataque a las mismas, sino la
evolución lógica de un contexto que crea un nuevo estilo, como ha pasado en las
distintas etapas de la historia.
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